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Mis Ideas

Empleo

El crecimiento vegetativo de la población argentina hará que en la próxima década se incorporen 4 millones de personas a la población económicamente activa.

Esto implica que, sólo para sostener los actuales niveles de empleo, es necesario generar 400 mil puestos de trabajo por año. Y si queremos bajar al 5% de desocupación, hay que sumar 200 mil puestos de trabajo más por año. El desafío es enorme.

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Política Industrial

En los próximos años la tarea será consolidar las condiciones necesarias para entrar en una nueva fase de industrialización.

La estrategia de agregar valor en origen iniciada por nuestro gobierno necesita profundizarse. Cuando la producción primaria se industrializa cerca del lugar donde se produce genera un círculo virtuoso a través de la radicación de empresas y la generación de empleo en el interior del interior. “Industrializar la ruralidad”, como dice siempre Cristina.

Néstor y Cristina terminaron con la idea de “provincias inviables”, por eso debemos federalizar aún más la generación del producto bruto industrial, trabajando codo a codo con provincias y municipios de todo el país para lograr que las empresas puedan ser competitivas, estén donde estén localizadas.

Quiero ser el Presidente que consolide el vínculo entre la industria y el sistema científico tecnológico. Se hizo muchísimo, pero hay mucho por hacer aún acercando a los organismos especializados a las industrias e incentivándolas a reinvertir utilidades en desarrollo científico y tecnológico.

Hay sectores claves donde la forma de asociación entre el Estado y el sector privado va a ser fundamental. Los hidrocarburos; la metalmecánica; las telecomunicaciones; y el software, son los más mencionados. Pero también son importantes la industria aeronáutica, la naval, la aeroespacial, la ferroviaria, la nuclear y la producción de medicamentos.

Política Salarial

Desde 2003 pusimos en marcha un modelo donde el trabajo y el salario son generadores de una demanda agregada que impulsa el crecimiento económico. Por eso, mi política salarial estará guiada por la recuperación sistemática del poder adquisitivo de nuestros trabajadores.

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Participación del Estado en la economía

No hay industrialización sin un fuerte liderazgo estatal. No debemos encasillar al Estado en un solo rol, según las circunstancias a veces tiene que inducir, en otras a veces regular, muchas veces controlar y en otras oportunidades también tiene que convertirse en empresario.

Lo que no puede hacer el Estado es renunciar a ser quién conduzca el proceso de desarrollo económico y productivo en la Argentina. Con todo lo que implica conducir.

Desarrollo económico

Se suele hablar en el mundo de los especialistas en cuestiones del desarrollo económico acerca de los “proyectos estructurantes”.

Vaca Muerta es un proyecto estructurante. Desarrolla otros sectores productivos, redes de proveedores, genera empleo y tracciona el desarrollo científico y tecnológico.

La fabricación de satélites por parte de ARSAT es otro. La fabricación de radares de INVAP va en el mismo sentido. La producción pública de medicamentos puede ser el motor del desarrollo de la biotecnología.

Después del impulso inicial de recuperación del sistema ferroviario, tenemos que consolidad la producción nacional no sólo de vagones de carga, sino también, de locomotoras y vagones de pasajeros.

Es posible lograrlo. Se necesita un fuerte liderazgo estatal, conducciones muy profesionalizadas y la paciencia necesaria para esperar los resultados.

El consumo y la inversión

Las dos cosas son muy importantes, no hay un juego “suma cero” entre ambos, no tenemos que plantearlos como términos excluyentes.

Como Presidente voy a apuntar siempre a mayor consumo popular porque hemos demostrado desde el 2003 que la demanda agregada estimula el crecimiento económico y genera empleo mejor remunerado.

La inversión es fundamental para que la tracción del consumo se encuentre con una oferta de bienes y servicios en buena cantidad y con precios accesibles. Si el empresario piensa en ganar por unidad, eso empuja los precios hacia arriba y está demostrado que es pan para hoy y hambre para mañana.

El Estado tiene un rol clave para empujar la inversión con fondos públicos. Es lo que venimos haciendo desde el 2003 y sostendremos esas políticas, principalmente en infraestructura, en ciencia y tecnología y en apoyo a sectores industriales claves.

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Política cambiaria

Creo en la administración permanente del tipo de cambio para garantizar el crecimiento de los empresarios que exportan y de los millones de argentinos que tienen atada su vida y su destino al mercado interno.

Los que viven impulsando devaluaciones tienen dos objetivos encubiertos: transferir recursos de los trabajadores a los poseedores del capital, especialmente el vinculado al sector externo; y alentar maniobras especulativas sobre la moneda nacional, especialmente del sector financiero más concentrado

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Política de Exportaciones y retenciones

En la actualidad el crecimiento potencial de las exportaciones no está atado a la quita o reducción de alícuotas en los derechos de exportación. Hoy hay menor demanda en los mercados internacionales tradicionales y eso limita el crecimiento de nuestras exportaciones.

No estamos en el 2001, donde con sólo salir de la convertibilidad y devaluar nos asegurábamos exportar más. Ahora, incluso, puede darse el caso de que reducir retenciones y devaluar la moneda no se incrementen nuestras exportaciones.

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Inflación

No es el único indicador con el que se debe analizar la economía. Además de la inflación, el tablero de comando de un Presidente debe contar con otros indicadores: crecimiento, productividad, distribución del ingreso entre capital y trabajo, inversión, generación de empleo.

La experiencia de estos años demuestra que es posible tener un punto de equilibrio entre un crecimiento económico muy apuntalado por el mercado interno y la tasa de inflación. Allí hay que apuntar, articulando intereses de empresarios y trabajadores, pero se necesita terminar con la especulación de determinados sectores sobre el tipo de cambio.

Muchos plantean que el factor desencadenante de la inflación es un Estado que gasta mucho. Es una falacia. En el fondo usan la excusa de la inflación para justificar un ajuste de la inversión pública, la baja de salarios, jubilaciones, pensiones y AUH. Esto, lejos de ayudar, enfría abruptamente la economía generando cierre de fábricas y comercios, con su consecuencia negativa en el empleo. Ajustar para bajar la inflación no está dentro de mis planes.

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